1. Pinta líneas de distintos grosores en una de las paredes
Dibújalas sobre un fondo blanco y repasa sin miedo con un pincel bien empapado en un color contrastado como azul, ocre o gris.
2. Dale a las sillas una capa de pintura
Escoge tonos vibrantes y frescos para los meses de primavera y verano; y colores más sobrios –tierras, calderas o verdes oscuros–, para otoño e invierno. Aquí tienes ideas también sobre tipos de sofás.
3. Coloca adhesivos de piñas en una de las paredes
Utilízalos solo en una de las paredes, para crear un foco de atención y que queden simétricos.
4. Pon una frase en vinilo blanco sobre una pared negra
Escoge un texto sugerente y/o con el que te sientas identificado en blanco o gris pálido.
5. Cubre una de las paredes con un revestimiento de chapa ondulada
Si lo tuyo es el estilo industrial, añade un detalle realmente singular a tu comedor utilizando revestimiento ondulado metalizado o galvanizado en una de las paredes. Fíjalo al muro con un adhesivo para metal y remata con un rodapiés.
6. Coloca una guirnalda en una de las paredes
Da personalidad –y calidez– colocando una iluminación decorativa. ¿Opciones? Pantallas troqueladas, guirnaldas decorativas o farolillos.
7. Empapela la pared principal
Si no te atreves con la pintura decorativa, elige un papel pintado original con una textura o acabado sorprendentes.
8. Recupera un mantel de ganchillo blanco
El estilo bohemio es una de las mejores opciones para crear un comedor personal. Con un mantelito de croché añadirás, además, un toque vintage.
9. Utiliza pintura de pizarra en la mesa del comedor
Una solución original, divertida y muy económica para que tu mesa luzca como nueva, que te servirá, además, para dejar mensajes a tus compañeros de piso, al resto de la familia o a tus invitados.
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