En esta casa junto a la playa de la Malvarrosa se respira verano y salitre. No hace tanto, este espacio ahora amplio y luminoso –la fachada tiene orientación sur– era un bajo en ruinas con olor a humedad. El reto no era tanto cómo transformarlo –la materia prima era buena: techos altos, carpinterías de madera originales– sino cuánto costaría. “Tal y como estaba el piso era difícil saber con exactitud las mejoras que necesitaba”, cuenta Leo Costantini, pareja de una de las dueñas de la casa y responsable de la reforma: “Gran parte de los problemas estaban ocultos tras falsos techos y desniveles en el suelo”. Desagües, solera y unas nuevas vigas no han sido obstáculo para que esta fantástica reforma no haya superado los 50.000 euros.

De un vistazo

Quién vive aquí: Segunda residencia de la pareja Leo Costantini y Julia Rey, y del hermano de ella, Martín Rey

Situación: Barrio del Cabañal, Valencia

Superficie: 70 metros cuadrados más 60 de exteriores

Proyecto: Construcciones Costantini

Presupuesto: 50.000 euros con mobiliario incluido

Fotografías: Charles Mercier

Los barrios de El Cabañal y la Malvarrosa de Valencia estaban antiguamente habitados por pescadores que vivían en las tradicionales casas de 1 y 2 alturas que pueblan sus calles. Parte del barrio ha sido rehabilitado, pero aún hay viviendas en estado de ruina.

Amantes del mar Mediterráneo y del clima de Valencia, los propietarios de esta casa, los hermanos Julia, Martín y la madre de ambos, soñaban con dar con una de estas casas en mal estado de El Cabañal. El objetivo era adquirirla como inversión, a un precio razonable, y reformarla a su gusto –el marido de Julia, Leo, tiene una empresa de reformas. “Siempre soñamos con tener una casa cerca de la playa para huir del estrés de la ciudad, pero también la queríamos a dos pasos del centro”, explica Julia Rey.

Reforma en el ático
Reforma en el ático | charlesmercier26

Desde la inmobiliaria les citaron un día para enseñarles una casa. En cuanto la vieron, Leo, Julia y Martín (en la imagen) decidieron quedársela. La casa, con dos habitaciones, también la alquilan en algunas temporadas.

ANTES: La vivienda, situada en la planta baja de un edificio centenario de 3 plantas, estaba muy compartimentada. En una reforma anterior, se había cerrado el patio para transformarse en la cocina:

“La primera impresión que tuve al ver el estado del piso fue que tenía mucho potencial aunque también necesitaba mucho trabajo”, cuenta Leo Costantini, marido de Julia, responsable de la reforma al frente de Construcciones Costantini: “Eso, ya de entrada, me gustó porque me apasionan esos espacios cargados de posibilidades pero que están por crear. La ubicación, desde luego, era maravillosa. El piso contaba con un gran espacio en el exterior que es lo deseable en una casa de playa y me gustaron mucho los techos altos y las puertas y ventanas de madera originales. Todo eso tuve claro que había que aprovecharlo, porque era lo que daba personalidad a la casa”, explica.

DESPUÉS: Se derribaron todos los tabiques, para lograr un espacio interior diáfano, bien ventilado; y se recuperó la altura original de la casa, de 3,80 metros, que estaba oculta bajo una falsa cubierta de cañizo.

Además, se han conservado los techos originales con revoltón y vigas de hierro a la vista, que se pulieron y pintaron de negro. Todas las habitaciones se encuentran distribuidas en una única planta –la fachada da al sur; el jardín, al norte. En la imagen, vemos el salón, que se encuentra en el medio de la planta; al fondo, de izquierda a derecha, uno de los dormitorios y la entrada principal.

Pavimento del piso antiguo
Pavimento del piso antiguo | Rocío Macho

ANTES: “El pavimento anterior era de baldosa hidráulica que nos hubiera encantado conservar, pero estaba muy deteriorado”, explica Julia. Como un guiño al pasado y como veremos luego, colocaron las piezas mejor conservadas en el centro del patio.

DESPUÉS: Se sustituyó toda la instalación eléctrica y de fontanería, pavimentos y forjados, devolviendo a la casa su estructura original. En el suelo, se ha optado por porcelánico imitación madera. “Quisimos evitar la madera por estar tan cerca del mar”, cuenta Leo. El porcelánico es más resistente, tiene tacto de madera y mantiene la temperatura fresca, algo fundamental en un apartamento que se disfruta, sobre todo, en los meses de verano.

La puerta que se ve junto a la televisión, que es corredera, es un pequeño lavadero; a continuación, entre la tele y la habitación, está la puerta del baño, en la misma pared.

La puerta principal y la ventana a la calle se decidió conservarlas, dándole al piso el aire señorial de las viviendas de principio de siglo XX. “Las vigas de hierro y la pared de ladrillo vista contribuyen con esta idea”, dice Leo.

El segundo dormitorio, ubicado junto al salón y la entrada principal, se entiende como habitación polivalente, de ahí que esté separado de este y de la entrada por puertas correderas.

En esta habitación han ubicado una cama-nido; en el salón, el sofá se transforma en cama, permitiendo que el apartamento tenga capacidad para hasta 6 personas.

En el otro lado del salón está el segundo dormitorio (en la imagen, a la izquierda), el comedor y la cocina, con acceso al patio y al jardín a través de unas amplias cristaleras.

La decoración del apartamento es minimalista, con el mobiliario justo y las paredes blancas para reflejar la luz. Destacan ciertos elementos vintage, como la lámpara de pie del salón o las puertas de la habitación principal, que pertenecían a un armario antiguo que había en la casa.

Decoración minimalista dormitorio
Decoración minimalista dormitorio | Charlesmercier26

En el dormitorio principal hay dos mesillas ancladas a la pared, acompañadas de una cómoda de madera maciza de roble adquirida en Maisons du Monde.

“Como la casa es tan limpia, con tanto predomino del blanco, quisimos darle un toque de color y por eso pusimos esta colcha amarilla, de IKEA, que nos encanta cómo queda en la habitación porque atrae toda la atención”, cuenta Julia.

En la pared, vemos un recortable de cartón que representa las fachadas características en El Cabañal, realizado por el estudio de diseño Atypical Valencia.

Se aprovechó parte de la ubicación del antiguo baño y una habitación sin ventanas que había junto a él –el original era pequeño. El suelo es de baldosas porcelánicas grises de formato 1,20 x 25 cm, con un tacto rugoso muy agradable. Se añadió una ducha empotrada con plato de pizarra. En las paredes, se optó por un revestimiento estilo metro de 20 x 10 cm biselado.

Donde estaba la cocina, que hoy es la galería, había un espacio para una mesa pequeña y una puerta con salida al patio. Esto había sido una construcción agregada a la original. “Nosotros volvimos a restablecer la galería que era como originariamente estaba el piso antes de que hicieran ahí la cocina”, dice Julia.

Decoración en la cocina
Decoración en la cocina | Charlesmercier26

Se ha colocado la cocina en el pasillo de salida al patio, para aprovechar ese espacio y permitir un acceso directo al exterior para celebrar comidas fuera. El mobiliario, sencillo en madera y de color blanco, es de IKEA. Al tratarse de una casa vacacional, se destina poco espacio al almacenamiento.

Un par de jaulas cangrejeras de pescador se han transformado en dos originales lámparas de techo que dan luz a la zona de comedor.

En el patio hay una mesa de madera y dos bancos corridos al más puro estilo Oktoberfest alemán. Cuenta con sillas extra para invitados, de la mítica empresa de mobiliario Federico Giner, y que los propietarios recuperaron de la calle. Tras el muro blanco del fondo, se encuentra el jardín. En total, hay 60 metros cuadrados de exteriores.

Terraza de la casa
Terraza de la casa | Charlesmercier26

“Para que el presupuesto no se disparara, recortamos de varios sitios. Por ejemplo, descartamos la idea de poner suelo de madera de teka en la terraza y decidimos que quedaría bien un suelo de cemento más rústico”, explica Julia.

En el suelo del patio, vemos la cenefa hecha con las pocas baldosas hidráulicas que se recuperaron del suelo original que había dentro de la casa.

La vivienda original no tenía jardín. “Cuando no está alquilada venimos a pasar el fin de semana y a disfrutar de la pradera en puentes y veladas, solos o con amigos”, concluye Julia.

Consulta el artículo original en houzz.