Antes y después
Antes y después | Eva Yáñez

La renovación de esta mesa de comedor y sus sillas, claramente pasadas de moda e inapropiadas para la casa en la playa en la que se van a usar a partir de ahora, se ha llevado a cabo con un esmalte acrílico de acabado mate con un acabado similar al de la famosa chalkpaint o pintura de tiza. Aquí tienes es el resultado del antes y el después. Aunque aparatoso, se trata en realidad de un trabajo bastante fácil y muy resultón. Descubre en este artículo cada uno de los pasos a seguir para que tú mismo puedas renovar cualquier mueble de la casa con poco esfuerzo y, sobre todo, sin gastarte mucho dinero.

En este luminoso y alegre dúplex en la playa conviven muebles nuevos con otros con más de 20 años procedentes de otra casa con otro estilo de decoración. Entre los últimos está un comedor compuesto por una mesa redonda de pie central y cuatro sillas de estilo clásico en tono nogal oscuro. Están en buen estado, pero los propietarios tenían ganas de dar un nuevo aspecto a esa planta diáfana, compuesta por salón-comedor y cocina.

Como puedes ver en la imagen del antes y el después, el conjunto es, tras la renovación, mucho más luminoso y acorde con un comedor en el que predomina el tono crudo. ¡El resultado es perfecto para una casa en la playa!

Antes de la reforma
Antes de la reforma | Eva Yáñez

Este es el aspecto de la mesa antes de ser renovada. A simple vista parece estar en buen estado, aunque ha habido que reforzar varias veces la peana.

Materiales

- Algodón

- Alcohol

- Papel de lija

- Brocha y rodillo

- Imprimación o selladora

- Esmalte acrílico mate (color blanco)

- Plástico y cinta de carrocero (para proteger suelo y tapicería)

En realidad tiene ya el sobre muy rallado, incluso alguna quemadura de cigarrillo y cercos blancos propios de dejar olvidados vasos con líquido.

El primer paso es limpiarla bien con un algodón embebido en alcohol para eliminar la suciedad, la grasa de los dedos y todo resto de productos de limpieza.

El momento previo, el lijado
El momento previo, el lijado | Eva Yáñez

Después viene otro trabajo preliminar, pero igual de importante, que es el lijado. Lo hacemos con un papel de lija de grano fino por la superficie y todos los rincones de la mesa. No se trata de eliminar la capa de barniz por completo, pero sí de crear una superficie de agarre a la que se adhieran bien los productos que vamos a utilizar para renovar la mesa.

Para empezar el trabajo de brocha, es necesario sellar la mesa con una imprimación o selladora, salvo que se utilice pintura de tiza o chalkpaint, que ya incluye la cola adhesiva. Existen diferentes selladoras para distintas superficies, así es que conviene consultar en la tienda de bricolaje o pinturas sobre la más adecuada para la superficie de mueble que se va a pintar. En nuestro caso, se trata de madera barnizada con una superficie pulida y brillante.

Hay que aplicar una mano de selladora y lijar a continuación. Como en todos los trabajos de pintura, es importante cargar poco la brocha y dar una mano más si es necesario que aplicar capas gruesas. El lijado de la superficie sellada también es importante para un resultado fino y profesional.

Tras aplicar la imprimación en las dos hojas de la mesa, lo hacemos también en la hoja plegada interior que sirve para convertir esta mesa redonda en ovalada y dar cabida a más comensales…

Un esmalte acrílico mate blanco, como en este caso, es una opción perfecta para dar el acabado de pintura a este trabajo de renovación de un mueble de madera. Elegimos el blanco lino para lograr un tono similar al color de la vitrina y librería que hay en la misma estancia.

Es importante la elección de la brocha –a ser posible que sea de pelo suave y de buena calidad– o rodillo –mejor de lana para los esmaltes–. Usar una u otra herramienta para pintar también es decisivo en el resultado. Con brocha, el acabado es algo más rústico y con rodillo más similar a un lacado.

Es conveniente empezar por una parte poco visible del mueble para familiarizarse con la aplicación a brocha de la pintura. Este producto en concreto es fácil de aplicar y seca rápido. El resultado es impecable.

Se puede utilizar un tamaño de brocha más pequeño para los espacios más intrincados del mueble. En esta mesa, la peana torneada y las patas molduradas y también el cerco del sobre, son más complicados de pintar que el resto.

Ya hemos aplicado una primera capa de esmalte sobre las dos hojas simétricas de la mesa, así como la imprimación sobre la hoja suplementaria.

Entre capa y capa es importante pasar la lija para eliminar pequeñas imperfecciones, burbujas diminutas y espacios en los que se acumula más pintura. Así se asegura un acabado fino y pulcro.

Mientras seca la segunda capa de esmalte de la mesa, se puede comenzar a imprimar una de las sillas; siempre después de limpiar con alcohol y lijar debidamente.

Hay que ser especialmente cuidadoso con la tapicería. Conviene poner en las zonas de roce cinta de carrocero para evitar que el tejido se impregne de pintura. Si se temen salpicaduras, también puede ser conveniente colocar un plástico en el asiento, aunque lo cierto es que esta pintura es consistente y salpica muy poco.

La segunda capa de esmalte
La segunda capa de esmalte | Eva Yáñez

Una vez seca la imprimación (en el bote vendrá indicado cuánto tiempo tarda en secar) se aplica el esmalte con una brocha más pequeña.

Imprimar, lijar, pintar, lijar y volver a pintar… Esos son los pasos para que el acabado sea perfecto. Y siempre respetando los tiempos de secado…

¡Por cierto! No hay que olvidarse de dar pasadas de brocha largas y siempre en el sentido de la veta de la madera.

Como ves, la mesa recién pintada no difiere mucho en color de la vitrina y librería que hay en este mismo espacio. Además de que estéticamente el resultado es bueno, el tacto es sedoso. De hecho, da gusto pasar la mano por encima del sobre de la mesa. Si quieres, todavía estás a tiempo de dar un extra de protección puliendo con un trapo con cera, o incluso puedes envejecer la pintura mezclando cera Alex con betún de Judea.

Resultado final
Resultado final | Eva Yáñez

Consulta el artículo original en Houzz.