Llegamos a Rungstedlund, la casa de campo de la baronesa Karen Blixen –autora del archiconocido libro Memorias de África–, en una hermosa mañana de diciembre. Aunque no termina de calentar, el sol brilla con fuerza. Las viejas hayas, con sus ramas desnudas, y el patio, cuya escarcha cruje bajo nuestros pies, dan forma a una de esas postales de cuento.
Al entrar en la cálida y antigua casa de campo en Rungsted, en la costa al norte de Copenhague, Dinamarca, descubrimos un espacio fresco y auténtico. Los interiores de las antiguas salas de estar se han conservado exactamente como Blixen los dejó tras su muerte en 1962. Las flores dominan el interior y el sol de la mañana, que ahora se cuela por las ventanas, se refleja en los cristales, los espejos y los muebles de caoba pulida. Tenemos la sensación de que Blixen nos esté espiando.
“Este lugar está lleno de su espíritu. Se nota en la atmósfera y el estilo de la casa”, dice Anne Sofie Tiedemann Dal, curadora del Museo Karen Blixen.
De un vistazo
Quién vivió aquí: la baronesa Karen Blixen (1885-1962), autora, entre otros, de los libros Siete cuentos góticos y Memorias de África, bajo el seudónimo de Isak Dinesen. La casa solariega es ahora el Museo Karen Blixen
Nombre de la casa: Rungstedlund
Situación: Rungsted, Dinamarca
Habitaciones: Cuatro salones se han conservado en su estado original. Varias salas más se están utilizando actualmente como espacios expositivos. También hay una cafetería y la tienda del museo.
Año de construcción: Rungstedlund tiene aproximadamente 350 años, pero algunas partes han tenido que reconstruirse en diferentes momentos.
Visita al museo: de octubre a abril, el museo está abierto de 13.00 a 16.00 horas los miércoles, jueves y viernes. Sábados y domingos abre entre de 11.00 a 16.00. Cierra los lunes y martes. La entrada para adultos cuesta 75 DKK (unos 9 euros) hasta el 31 de diciembre de 2017 100 DKK (unos 12 euros) a partir de entonces. Los niños menores de 14 entran gratis. Para más información, visite la web del museo.
¿Quién fue Karen Blixen? Karen Blixen (1885-1962) está considerada como una de las escritoras más importantes de Dinamarca. Se la conoce en Dinamarca, y en todo el mundo, por libros como Siete cuentos góticos y Memorias de África.
Nacida y criada en Rungstedlund, Blixen (su apellido de nacimiento es Dinesen) se mudó a Kenia en 1914, donde se casó con el barón sueco Bror von Blixen-Finecke. La pareja montó una plantación de café hasta su divorcio en 1921. Después, Blixen continuó manejando la granja ella sola durante algún tiempo. Finalmente, se vio obligada a venderla debido a su grave situación financiera y se mudó a Dinamarca en 1931 para vivir con su madre en Rungstedlund, donde permanecería el resto de su vida.
Aquí es donde Blixen escribió muchos de sus libros más conocidos, incluido Memorias de África: basado en los 17 años que había pasado en Kenia, y El festín de Babette, que posteriormente se convirtieron en películas ganadoras de un Oscar.
Fue el padre de Blixen, el oficial y escritor Wilhelm Dinesen, quien compró Rungstedlund a fines de 1879. La mansión había sido utilizada como posada y luego como granja. Blixen tenía solo nueve años cuando su padre murió, pero ella y sus hermanos continuaron viviendo en Rungstedlund con su madre, Ingeborg.
Cuando Blixen se hizo cargo de la casa tras la muerte de su madre en 1939, reemplazó la decoración más oscura y recargada por otra más acorde con su estilo y forma de ser. “Muchas de las piezas del mobiliario son objetos familiares que Blixen dispuso a su manera después de la muerte de su madre. Anteriormente, el estilo de la casa estaba influido por el klunkestil [un estilo de decoración popular de 1880-1900, similar al estilo victoriano], pero Blixen lo hizo más moderno, más ligero y más brillante “, dice Tiedemann Dal.
La mesa de comedor es de caoba y se hizo en el Reino Unido, mientras que las sillas son danesas. Todas las estufas de leña en las salas de estar son de diferentes casas señoriales danesas.
Blixen compró muy pocas cosas para el interior; en parte porque no disponía de mucho dinero tras su regreso de África. “Ella misma pintó o redecoró muchas cosas –afirma Tiedemann Dal. En general, se inspiró –y usó– en las flores del jardín y sus colores, creando un estilo muy característico”, continúa Tiedemann Dal.
Blixen le dio muchas vueltas a la decoración de sus amplias salas de estar. Le gustaba ser una buena anfitriona. Sin embargo, rara vez tenía más de ocho invitados para la cena.
Si bien Blixen es conocida internacionalmente por su literatura más que por su interés en la decoración, sus historias incluyen elementos del interior de Rungstedlund.
“Le gustaban los espejos especialmente, en parte porque hacían que las habitaciones parecieran más grandes, pero también porque le incitaban a ver el mundo de una manera diferente. Hay espejos en sus libros como, por ejemplo, en uno de los Siete cuentos góticos: concretamente en Las carreteras de Pisa, donde una sala de espejos juega un papel especial: torciendo y distorsionando las proporciones y dándole la vuelta a todo”, afirma Tiedemann Dal.
El comedor conduce a esta sala: la más grande de Rungstedlund, decorada con cortinas largas y una paleta de colores verde pastel. En Navidad, siempre hay un abeto adornado como le gustaba a Blixen.
Bolas de plata y estrellas de papel blanco eran las preferidas de Blixen, según han contado el sobrino de Blixen y otros que la conocían bien. Aunque nunca tuvo hijos, le encantaba estimular la imaginación de sus sobrinos y sobrinas. Siempre había un juguete de Navidad rojo colgando en el árbol. El primer niño que lo encontraba recibía como recompensa un pastel.
“La casa tenía las típicas cortinas largas de las viviendas más señoriales, donde los techos son un poco más altos. En todo caso, ella no quiso cortarlas nunca a la medida. Prefirió crear su propio estilo romántico dejándolas rebosar por el suelo”, dice Tiedemann Dal.
Antes de que se instalara calefacción central en 1959, hacía mucho frío en la casa, sobre todo en invierno. Para mantener el calor dentro, en las ventanas también se colgaron gruesas cortinas de lana.
El reloj blanco antiguo, situado en la esquina detrás del árbol de Navidad, estaba en la granja de África.
Probablemente también debido a los fríos inviernos daneses, la esquina frente a la chimenea de mármol en la gran sala de estar era un punto central en el día a día de Blixen en Rungstedlund.
Aquí se sentaba con sus invitados, y también aquí grabó sus locuciones radiofónicas de 1950 en las que, entre otras cosas, leía y habla sobre su vida en África.
El gran amor de Blixen, el aristócrata inglés y cazador Denys Finch Hatton, solía estar de safari entre dos y tres meses, pero cuando regresaba a la granja en Kenia, Blixen y su historias siempre estaban esperándolo. “Cuando estaban juntos solían encender la chimenea. Las llamas se reflejarían en la gran pieza metálica instalada en ella de tal manera que las figuras que la adornan parecían cobrar vida. Probablemente, la inspirarían a seguir relatando sus historias”, asegura Tiedemann Dal.
Es imposible hablar sobre el hogar y la decoración de Blixen sin enfatizar la importancia de las flores. Blixen dijo una vez: ‘Creo que las flores son uno de los grandes milagros de la naturaleza’.
“Ella pensaba mucho sobre los colores cuando arreglaba flores. No le interesaba la disposición, pero sí los colores y sus combinaciones”, dice Helen Olsen, que lleva trabajando como florista en Rungstedlund durante más de 20 años. Ella es responsable de decorar las salas de estar con plantas tal y como le gustaba a Blixen.
Olsen primero diseña todos los ramos en papel antes proceder a disponerlos definitivamente.
No solo las flores adornan y animan el espacio, como en este porche lleno de luz que se extiende desde la gran sala de estar, sino que también contribuyen con su fragancia. En general, los numerosos ramos de flores contribuyeron a animar a Blixen en periodos difíciles.
“Usó cada cosa que crecía en su jardín”, dice Olsen. Como era una mujer muy poco convencional, le gustaba añadir verduras en sus ramos de flores. Por ejemplo, usó col roja con rosas.
El mayordomo de Blixen en Kenia, Farah Aden, le dio este cofre plateado que adorna la sala de estar. Está decorado con velas en Navidad y ramos de flores todo el año… tal y como lo tenía Blixen.
Las pinturas y el sofá de caoba pertenecieron a los abuelos de Blixen.
A diferencia de la mayoría de las habitaciones de la casa, la sala de estar verde está protegida del frío viento que sopla desde la costa. Se utilizaba como una habitación de invitados y, a veces, Blixen la usaba como despacho.
Las memorias y los cuentos cortos de Blixen la hicieron famosa en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos. Allí se publicó su obra Siete cuentos góticos por primera vez; concretamente en 1934.
En 1959 viajó a Estados Unidos. “Estaba débil y la aconsejaron que no viajara”, dice Tiedemann Dal. Blixen había sufrido de sífilis desde su juventud y sufría fuertes dolores y problemas digestivos como resultado del tratamiento.
Cuando le preguntaron a quién quería conocer en su viaje, Blixen dijo que a Marilyn Monroe. “Sabía bien como hacerse promoción y su foto con Marilyn Monroe ilustró las portadas de muchas revistas –dice Tiedemann Dal. Además, ambas se hicieron buenas amigas y acordaron reunirse nuevamente algún día”. Desafortunadamente, nunca sucedió: el destino quiso ambas fallecieran tres años después con solo un mes de diferencia.
El viaje a Estados Unidos se prolongó durante unos tres meses y fue ampliamente cubierto por los medios de comunicación en todas partes, como si se tratara de una visita de estado.
“Fue amada y admirada allá por donde fue. Luego regresó a casa y descansó…, probablemente pensando que la vida no era demasiado interesante”, dice Tiedemann Dal.
A su vuelta, Blixen andaba alicaída. El director de cine Erling Schroeder, buen amigo de la escritora, la llamó una vez para tratar de animarla. Lo hizo con la familiaridad propia de los estadounidenses: “Te amo Karen Blixen, te amo Isak Dinesen, te amo Pierre Andrézel, te amo Tanne, la dijo, refiriéndose a ella por sus apodos y seudónimos. Desafortunadamente, no ayudó mucho. “‘¡Gracias, es suficiente!’”, respondió Blixen, colgando de golpe.
Schroeder no se desanimó y decidió que iba a enviarla una rosa roja cada día. Entonces, sin importar dónde estuviera, todos los días, durante el resto de su vida, Blixen recibió una rosa roja para animarla.
Cuando Blixen estaba en Rungstedlund, la rosa diaria se colocaba en la sala Ewald, que domina el estrecho de Øresund y lleva el nombre del poeta Johannes Ewald, que se cree que vivió en Rungstedlund en el siglo XVIII.
La sala Ewald está decorada con una combinación de estilos de Dinamarca y África. Presenta una paleta de colores en blanco y negro e imitaciones de armas maasai decorando las paredes.
En contraste con las otras habitaciones, las paredes de la habitación Ewald están pintadas de un delicado gris azulado, “para de alguna manera traer el océano”, dice Tiedemann Dal.
El piso superior brilla con luz propia gracias a una decoración de Navidad muy moderna.
La empresa de diseño Rosendahl produce decoraciones navideñas contemporáneas en el estilo de la autora bajo el nombre de Navidad Karen Blixen. Durante varios años, el diseñador Ole Kortzau ha diseñado adornos navideños que se inspiran en la personalidad y el amor por las flores de Blixen, incluidos el acebo y el muérdago en plata y oro y los ángeles dorados que se ven en esta foto.
Este año, la artista Zarah Voigthas se unió al equipo de Kortzau. Ella ha creado adornos navideños en plata y papel. Voigt no oculta su amor por Blixen. Considera un honor el crear adornos con el nombre de la autora y enfatiza la importancia de preservar el ambiente que Blixen hubiera creado.
Una parte de las ganancias de cada adorno navideño vendido a Rungstedlund sirve para promover el conocimiento sobre el patrimonio cultural de Blixen.
“Es un gran honor diseñar algo que esté asociado con Karen Blixen”, dice Voigt. “¡Soy una fan! Amo sus libros, llamé a mi hijo Isak por su seudónimo: Isak Dinesen”, dice Voigt. En todo caso, Voigt y Blixen están conectadas también a través del padre de Voigt, el renombrado modisto Jean Voigt, que diseñó vestidos para Blixen en la década de 1960, incluido el vestido negro que llevaba cuando conoció a Marilyn Monroe.
Blixen nació y murió en Rungstedlund, y vivió allí toda su vida, excepto los 17 años que pasó en Kenia. Sin embargo, África y la granja fueron fundamentales en su vida y su escritura. Ambos lugares han definido a Blixen.
La actriz Meryl Streep, que interpretó a Blixen en la película Memorias de África (1985), dijo en una entrevista:
“Cuando visité Rungstedlund, la experiencia más emocionante fue cuando entré en la casa por el lado orientado hacia el sur, donde ella se sentaba cada noche tras volver de África. Sentí que ella estaba allí, mirando hacia Kenia y pensando en el país, la gente y la granja. Una vez ella dijo: “‘Tengo la sensación de que donde sea que esté en el futuro, me pregunto si habrá lluvia en Ngong’”.
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