Juan Carlos Gómez abre las puertas de su hogar, una casa que parece casi de cuento. Un piso en el centro de Madrid decorado casi enteramente por objetos encontrados y recuperados de la calle, cuadros heredados de algún amigo y, sobre todo, muchas plantas.

Un conjunto de objetos que crean un ambiente entrañable que llama a la tranquilidad y la frescura. Esta vivienda basa su personalidad en el reciclaje y la originalidad.