Cuando Sara Sánchez y su pareja se mudaron toda la manzana estaba llena de almacenes. La misma vivienda conserva aún las vigas originales del edificio y respeta la estética industrial.

Cuenta la interiorista, que buscaban una casa abierta donde pudieran disponer un dormitorio en altura y un entorno original. La familia ha creado un entorno que llama a la comunicación visual y con elementos que separan los espacios diurnos de los nocturnos con rincones personalizados.

Una vivienda minimalista con un aire pop por el equipamiento que destaca por los espacios abiertos y el estilo industrial.